Una tierra llena de historia, paisajes contrastantes, deliciosa gastronomía y visitas inolvidables: ¡embarque en Turquía! Entre Europa y Oriente, este país reúne magníficos yacimientos, fruto de la mezcla de estas dos culturas. Sus variados paisajes, a veces montañosos o paradisíacos, atraen a muchos turistas cada año.
Famosa por su arquitectura otomana y bizantina, Estambul está llena de tesoros arquitectónicos de fama mundial. Entre los monumentos que no hay que perderse está la Mezquita Azul: apreciada por los magníficos mosaicos azules que adornan sus paredes (la loza azul de Iznik), es la mezquita más famosa de la ciudad. Construido entre 1609 y 1616, este edificio cuenta con seis alminares, emblemáticos de la arquitectura otomana. Cada año, millones de visitantes vienen de todas partes del mundo para descubrir este monumento esencial. Frente a la Mezquita Azul se alza la Basílica de Santa Sofía: esta iglesia cristiana del siglo VI se transformó en mezquita en el siglo XV antes de convertirse en museo. Se pueden admirar sus mosaicos sagrados, su inmensa cúpula y su cúpula. Santa Sofía es uno de los emblemas de la ciudad, el segundo monumento más visitado de Estambul. Mágico y sorprendente, el Tanque de la Basílica es también uno de los monumentos que no puedes dejar de ver en Estambul (¡sobre todo si hace calor durante tu estancia!). Construido en el siglo VI para satisfacer las necesidades de agua de la población, este "palacio hundido" es tan atemporal como siempre. En su interior, el silencio es el rey: el agua brilla sobre la piedra y a lo largo de sus 336 imponentes columnas, entre las que nadan los peces. Saldrás de ella deslumbrado! A continuación, suba a la cima de la Torre Galata: desde lo alto de esta antigua prisión, tendrá una vista impresionante de toda Estambul. Después de pasear por el Gran Bazar y descubrir el Palacio Topkapi, un paseo en barco por el Bósforo le permitirá admirar las orillas de Estambul, bordeadas de casas de madera y suntuosos palacios.
Un verdadero paraíso para los gourmets, la ciudad más grande de Turquía está llena de restaurantes que harán las delicias de sus paladares: balik ekmek (delicioso sándwich de pescado) borek, albóndigas, mezze, verduras rellenas, kebap, lokums, tés y baklavas.... ¡Cuántos platos deliciosos que no le dejarán con ganas de más!
Una base perfecta para visitar Capadocia o Anatolia, Ankara está llena de museos y monumentos, incluyendo la ciudadela bizantina de Ankara, el Templo de Augusto y el Museo de las Civilizaciones Anatolianas. Los visitantes que busquen relajarse podrán tomar un merecido descanso en uno de los cuatro balnearios que se encuentran a pocos kilómetros de la capital.
Ya sea a orillas del Mar Negro, el Mar Egeo, el Mar de Mármara o el Mediterráneo, encontrará muchas estaciones balnearias a lo largo de los 8000 kilómetros de la costa turca. Los amantes de la natación y la ociosidad seguramente irán a Bodrum, apodado el "pequeño turco St. Su arquitectura, la calidad de sus aguas cristalinas y su animada vida nocturna la convierten en un destino turístico privilegiado. Además, Bozcaada, Cesme, Patara y Datça tienen algunas de las playas más bonitas del país.
Por último, si te apasionan las excursiones inusuales, no te pierdas la región de Capadocia y sus ciudades trogloditas excavadas en la roca. En Göreme, Kaymakli o Uchisar, descubrirá ciudades inusuales clasificadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Para terminar esta estancia de una manera inolvidable, suba a bordo de un globo aerostático para descubrir todos los esplendores de la región. Los fotógrafos no dejarán de capturar la escoba incesante de los globos aerostáticos que sobrevuelan los paisajes volcánicos.