Soleada, prestigiosa y generosa, Italia es un verdadero canto a la belleza. De norte a sur, los soberbios paisajes rivalizan con el esplendor de las ciudades, donde el patrimonio histórico, artístico y arquitectónico es omnipresente. Y qué decir de la forma de vida amable, salvo que también se expresa en torno a una buena mesa.
Con sus 7.500 kilómetros de costa, Italia tiene algo para todos los gustos: largas playas de arena, bahías protegidas, calas solitarias en las costas recortadas de los mares Tirreno y Jónico o las costas más suaves del mar Adriático. Sea cual sea su elección, podrá practicar sus deportes acuáticos favoritos o el gran arte de la ociosidad. Si prefiere un terreno más elevado, diríjase al Valle de Aosta, Liguria o Piamonte y disfrute de la belleza de los Alpes. En verano, estos paisajes montañosos son ideales para practicar el senderismo y la bicicleta de montaña, y en invierno ofrecen una amplia zona de esquí.
Hay varias ciudades en Italia que son destinos imprescindibles. Roma en primer lugar, que, lejos de petrificarse en sus espléndidos monumentos, juega con este decorado para ofrecer un espectáculo permanente, lleno de vida y pintoresquismo. En esta ciudad eterna, no se pierda el esplendor del Vaticano, la rica colección de pinturas de la Villa Borghese, los paseos por el bohemio barrio de Trastevere y la exploración del Monte Palatino. Visite Florencia, hogar de la familia Médicis, para conocer la Galería de los Uffizi, el Duomo, la Basílica de San Lorenzo, el Palazzo Vecchio y la Galería de la Academia, que alberga la escultura más famosa del mundo: el David de Miguel Ángel.
Pero muchas otras ciudades le enamorarán: Venecia, la romántica, por su Gran Canal, su basílica y sus palacios; Pisa, por su Torre, su serenidad y su museo nacional; Siena, la encarnación absoluta de la ciudad medieval según la Unesco; Milán, por su catedral y sus pinacotecas; Nápoles, por su magnífica bahía, su patrimonio arquitectónico y su vitalidad... Y luego disfrute de los majestuosos parajes naturales o históricos: las Dolomitas, las Abbruzas, Pompeya, Siracusa, las necrópolis etruscas de Tarquinia, la Villa d'Este en Tivoli... Por último, pruebe los sabores únicos de la cocina italiana: minestrone, pasta, risotto, polenta, bruschetta, bottarga, coppa, parmesano, gorgonzola, panna cotta y fabulosos helados