El salvaje litoral atlántico, las largas playas de arena, las encantadoras ciudades y pueblos... La reputación de la Vendée está consolidada. Este departamento del País del Loira se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los turistas franceses y extranjeros. Entre la naturaleza y la ociosidad, ¡hay para todos los gustos en la Vendée!
La primera visita obligada es La Roche-sur-Yon, capital del departamento desde su fundación. Este antiguo pueblo de 650 habitantes sufrió una auténtica metamorfosis cuando, el 25 de mayo de 1804, Napoleón declaró que la prefectura de la Vendée se trasladaría allí. Se creó entonces una ciudad moderna con forma de pentágono. Hoy en día, la influencia de su ilustre fundador aún puede verse en sus monumentos. Frente a la famosa plaza Napoleón, punto central de la ciudad, la iglesia de Saint-Louis, encargada por el emperador en 1808, sigue la estética arquitectónica de los grandes monumentos romanos. Esta arquitectura neoclásica tiene seis columnas y dos pilastras en su imponente fachada, lo que la convierte en una parada popular para los amantes del arte. Más insólito, el Museo del Chocolate de La Roche-sur-Yon le lleva a un viaje en el tiempo para aprender todo sobre los granos de cacao y sus múltiples variantes. Siga un recorrido gastronómico salpicado de degustaciones para descubrir los orígenes del chocolate de forma lúdica. También podrá observar el trabajo de los chocolateros, que elaboran ante sus ojos pequeñas delicias con recetas ancestrales.
¿Le apetece un paseo por la Côte de Lumière? ¡Ir a Les Sables d'Olonne! Esta estación balnearia es conocida por sus senderos costeros y sus encantadoras playas de arena fina. También es un lugar popular para los entusiastas de los deportes acuáticos, especialmente la vela. Les Sables d'Olonne es el punto de partida de la Vendée Globe, una regata de vela en solitario única en su género que tiene fama más allá de nuestras fronteras. Para los aficionados a la historia, un breve desvío al Museo de Tradiciones Populares no les decepcionará. Reconstrucciones de la vida cotidiana de principios del siglo XX, exposiciones de artesanía y vestuario... Un atractivo programa que le llevará al corazón de la vida de los habitantes de Sablais hace cien años.
Por último, no puede ir a la Vendée sin visitar la isla de Noirmoutier. Este tesoro de la costa atlántica es el lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Admire las marismas y las dunas de arena que conforman este extraordinario paisaje. Desvíese hasta el castillo de Noirmoutier, un edificio militar medieval del siglo XII, donde encontrará un museo que recorre los orígenes de la isla a través de una rica colección.