Entre las orillas del Canal de la Mancha y los meandros del Sena, la Alta Normandía ofrece horizontes variados y encantadores. Quedará encantado por la belleza de su costa, por el rico patrimonio de sus grandes ciudades, por la tranquilidad de su interior y por la generosidad de su gastronomía.
Desde Le Tréport hasta Le Havre, la Côte d'Albâtre se extiende a lo largo de 130 kilómetros y ofrece paisajes impresionantes. Simbolizado por Étretat y sus grandes acantilados de tiza blanca, el litoral de Alta Normandía cuenta con largas playas de arena ideales para nadar o descansar. También ofrecen un marco mágico para la práctica de multitud de deportes náuticos: vela, remo, kayak, surf, kite-surf, etc. Cerca de las grandes estaciones balnearias de Dieppe y Fécamp, también le entusiasmará el descubrimiento de pequeños y antiguos pueblos pesqueros que combinan encanto y tranquilidad, como Veules-les-Roses o Hautot-sur-Mer.
Después de disfrutar del mar, visite las hermosas ciudades de la Alta Normandía. En Rouen, capital histórica de Normandía, pasee por las hermosas calles empedradas del barrio del Carré d'Or, recorra la calle del Gros Horloge y admire el extraordinario patrimonio de la abadía de Saint-Ouen, el Palacio de Justicia y la famosa catedral gótica de Notre-Dame, inmortalizada por Claude Monet. En Le Havre, aprecie la feliz alianza de edificios antiguos (abadía de Graville, capilla de Saint-Michel, catedral de Notre-Dame) y monumentos modernos (iglesia de Saint-Joseph, ayuntamiento, Le Volcan) en esta ciudad especialmente castigada por los bombardeos al final de la Segunda Guerra Mundial. Pero visite también Évreux por su hermosa catedral gótica, su torre del reloj y su magnífico museo.
A continuación, salga a descubrir el interior del país para disfrutar de las tierras de cultivo con setos del País de Bray y de los bellos paisajes del valle del Sena. A pie o en bicicleta, siga los senderos del parque natural Boucles de la Seine Normande y, cerca de Toutainville, disfrute del encantador entorno del Marais-Vernier. A continuación, recorra los numerosos itinerarios ecuestres de esta tierra de caballos y asuma nuevos retos dando un paseo en globo aerostático, en ultraligero, en planeador o lanzándose en paracaídas al vacío. Por último, pruebe todos los sabores de esta región gastronómica: vieiras, lenguado a la dieppoise, morcilla de Saint-Romain, Brillat-Savarin, Neufchâtel, especialidades a base de manzana, brioches, sidra, etc.