¿Necesita cambiar de aires? ¿Unas vacaciones tranquilas y alejadas de las multitudes, en las que los descubrimientos históricos y culturales son imprescindibles? ¿Por qué no optar por Bretaña? Y más particularmente: ¡para Bieuzy! Entre la naturaleza y la historia, la tranquilidad y el aire fresco, este encantador pueblo tiene todas las cartas en la mano para ofrecerle el marco perfecto para una estancia en familia, con sus seres queridos o con sus amigos.
Antiguamente llamado "Bieuzy-les-Eaux", Bieuzy, hoy unido al municipio de Pluméliau para formar el nuevo municipio de Pluméliau-Bieuzy, está situado en el departamento de Morbihan, en la región de Bretaña. Rodeado de naturaleza, Bieuzy es un verdadero pequeño paraíso para los amantes del senderismo y de los espacios abiertos. Al norte de su territorio, la ciudad alberga las Landas del Crano, un área clasificada como Zona de Interés Ecológico, Faunístico y Florístico, la mayor de todo el valle del Blavet. Descubrirá una abundante vegetación, así como una gran variedad de aves (escribano amarillo, curruca zarcera, curruca mosquitera, papamoscas gris...) y toda una serie de reptiles que van desde las serpientes hasta las víboras, pasando por los lagartos verdes, los jabalíes y los corzos. Para descubrir el pueblo y sus alrededores como es debido, Bieuzy cuenta con rutas de senderismo que le permitirán recorrer la campiña bretona, como el circuito de Kerdavid, de 5 kilómetros, o el circuito de los estanques, de 2 kilómetros, perfecto para un breve paseo en familia. Pero el valle del Blavet es un verdadero tesoro para los amantes de la naturaleza y la aventura, y en el corazón de un valle lleno de sitios por descubrir, Bieuzy revela a sus visitantes un magnífico patrimonio construido y uno de los sitios más bellos del valle: ¡el promontorio y el bucle de Castennec!
En definitiva, Bieuzy es un inmenso patio de recreo al aire libre para los amantes de la naturaleza, pero también una zona con muchos monumentos por descubrir. Al recorrer el pueblo, descubrirá restos prehistóricos y antiguos en la Maison de Rohan, y el Dolmen de Kermabon. Las capillas e iglesias también son legión en la zona (la iglesia de Notre-Dame, la capilla de Saint-Gildas, conocida por estar situada bajo la roca a orillas del Blavet, la capilla de Saint-Samson, las capillas de la Trinité y de la Vraie-Croix, etc.), así como fuentes, oratorios y molinos (como el molino harinero de Rimaison). Una lápida medieval del siglo XIII, la estela gala de Castennec, el castillo de Kerven o las ruinas del castillo de Rimaison (del siglo XVI) completarán su descubrimiento de este bellísimo pueblo de Bretaña. Pontivy y su corazón histórico (14 kilómetros al norte), Guerlédan (a 30 kilómetros) y su lago, y Lorient, unos 50 kilómetros más allá, serán sin duda la guinda de este viaje a Bretaña.