Del prestigioso Mont Blanc a las gargantas del Ardèche, del monasterio real de Brou al palacio ideal del facteur Cheval, del Viejo Lyon a los apacibles canales de Annecy, la región de Ródano-Alpes le reserva muchas sorpresas.
Con el mayor dominio esquiable del mundo, la región de Ródano-Alpes es un verdadero paraíso para los amantes del esquí. En Courchevel, Chamonix, Avoriaz o en un pequeño pueblo más confidencial, podrá practicar el esquí alpino, el snowboard, el esquí nórdico, el biatlón... En invierno, por supuesto, pero también en verano, ya que algunas estaciones cuentan con altos glaciares esquiables (Val d'Isère, Tignes, Les Deux Alpes, Alpe d'Huez). Con un clima suave y soleado, la región ofrece muchas otras formas de respirar aire fresco: senderismo en los parques naturales de La Vanoise o el Vercors, ciclismo en la ViaRhôna, baño en agua dulce en los grandes lagos alpinos, espeleología en las cuevas del Isère...
Aproveche su estancia en la región de Ródano-Alpes para conocer la cultura. En Lyon, disfrute del teatro galo-romano, de la catedral de Saint-Jean, de la basílica de Notre-Dame de Fourvière, de la traboule de la Tour Rose, del Palacio de la Bolsa, de la fuente de Bartholdi... Tómese también unas horas para visitar el museo de Bellas Artes, cuya colección de pinturas es la más importante de Francia, después de la del Louvre. En Isère, vaya a ver la finca de Vizille y su castillo del siglo X, que acogió los Estados Generales del Dauphiné en 1788, punto de partida de la Revolución Francesa. En el Loira, descubra el emplazamiento de Le Corbusier en Firminy y, en la Ardèche, retroceda en el tiempo para admirar la reciente réplica de la cueva de Chauvet-Pont d'Arc.
En Saboya y Alta Saboya, no se pierda el castillo de los duques de Saboya en Chambéry o el castillo de Menthon-Saint-Bernard que inspiró a Walt Disney para su película de animación "La Bella Durmiente". A continuación, recargue las pilas en las orillas o en las prodigiosas aguas de los lagos alpinos (Leman, Annecy, Bourget, Aiguebelette). Pero también degustar los sabores de esta bella región gastronómica, la segunda con más estrellas en la Guía Michelin. En el menú: charcutería fina, quenelles, cervelle de canut, pastel de praliné en un pequeño "bouchon" lionés o gratin dauphinois, tartiflette, fondue, diots en un restaurante de chalet saboyano... Sin olvidar la gran variedad de vinos que ofrece la región.