¿Busca la naturaleza? ¿Autenticidad, tranquilidad, para una estancia lejos de la multitud? Enclavada en la orilla oeste del Ariège, la ciudad de Rieux-de-Pelleport es el lugar perfecto para dejar las maletas y pasar unas vacaciones relajadas. ¡Vamos!
Regado por los arroyos de Artix y Loubens que desembocan en los caprichosos meandros del Ariège, el municipio de Rieux-de-Pelleport está situado en la encrucijada de dos grandes aglomeraciones del Ariège, como son Foix y Pamiers. Destino encantador y pintoresco, esta antigua ciudad tiene un patrimonio muy bonito que debe descubrir durante sus paseos. ¿Qué ver? Cerca de la plaza del Candaillot, los restos de un antiguo castillo medieval, pero también la imponente iglesia dedicada a Sainte-Madeleine (del siglo XIX) y su agradable parque por el que es bueno pasear le darán una buena visión del patrimonio del pueblo.
En las estribaciones de los Pirineos, este paraíso verde es el lugar preferido de los aficionados al aire libre y de los amantes de la naturaleza: los senderistas y los ciclistas de montaña pueden pasarlo en grande gracias a una amplia red de senderos señalizados para todos los niveles y todos los gustos. ¿Nuestro consejo? A pie o en bicicleta, diríjase a Pamiers, en el norte, o a Foix, en el sur, para descubrir espléndidas playas donde bañarse, y un buen número de centros de deportes acuáticos a lo largo del Ariège. Podrá practicar el piragüismo, el kayak, el rafting y un sinfín de actividades acuáticas según sus deseos. Para las familias, hay varios sitios que merecen ser visitados en la zona, como el Parc aux Bambous, con su laberinto y sus parques floridos a orillas del Hers, o la famosa Rivière souterraine de Labouiche. Sitio prehistórico catalogado, situado a sólo 6 kilómetros al norte de Foix y a 13 kilómetros de Rieux-de-Pelleport, esta cueva de 60 metros de profundidad ofrece a los visitantes un viaje en barco de 1.500 metros, que le llevará al corazón del río, para descubrir sus cámaras luminosas formadas por estalactitas milenarias, y sus cascadas, la más magnífica de las cuales es la cascada de la Salette, con sus asombrosas aguas turquesas. La visita de Foix por su castillo, sus buenos restaurantes, pero también de la Cueva de Niaux (a 30 minutos de carretera), la de la maravillosa bastida medieval de Mirepoix (a 25 kilómetros más al este de Rieux-de-Pelleport), de Pamiers por su patrimonio y su suavidad de vida, o la de Saint-Lizier (a 47 kilómetros al oeste), conocida por ser una de las ciudades de Ariège con mayor capital histórico, vendrán a perfeccionar esta estancia desorientadora en Rieux-de-Pelleport.