Reagrupando tres departamentos con identidades marcadas, el Lemosín ofrece un marco ideal y contrastado para unas vacaciones tranquilas y tonificantes. Entre paisajes encantadores, lugares de historia y cultura, actividades al aire libre, gastronomía y arte de vivir, se llenará de nuevas sensaciones.
Zona rural conocida por sus hermosos pueblos, el Lemosín cuenta con varias ciudades que no hay que perderse. En el centro de la Haute-Vienne, Limoges es mundialmente conocida por su porcelana, pero también merece una visita por su rico patrimonio. Un paseo por la ciudad le llevará a la catedral de Saint-Etienne, el ayuntamiento y el mercado central. En Corrèze, Tulle le seducirá con su magnífica catedral del siglo XII y su Museo del Claustro, y Brive-la-Gaillarde le encantará con su colegiata de Saint-Martin, su torre de los Concejales y sus numerosos mercados gastronómicos. Pero vaya también a Creuse para admirar las riquezas de su prefectura, Guéret: la espléndida plaza Bonnyaud, el Hôtel des Moneyroux, el Présidial y el Musée de la Sénatorerie.
A continuación, tome las carreteras del Lemosín para descubrir sus numerosos y excepcionales pueblos. La región cuenta con 6 pueblos clasificados entre los más bellos de Francia: Curemonte, Mortemart, Saint-Robert, Ségur-le-Château, Turenne y Collonges-la-Rouge, que debe su nombre al color de sus bellas casas y a sus numerosos edificios de arenisca roja. Aunque no aparezcan en la lista, hay muchas otras ciudades que merecen ser visitadas: Chambon-sur-Voueize por su puente románico y su iglesia abacial de Sainte-Valérie, Uzerche, apodada la perla del Lemosín, Solignac, construida en torno a una impresionante abadía... Pero descubra también las hermosas ciudades que bordean el curso de la Dordoña: Neuvic, Argentat o Beaulieu-sur-Dordogne.
Durante sus escapadas, tómese el tiempo de disfrutar de los grandes espacios naturales del Lemosín. A pie, descubra algunas de las 800 rutas de senderismo que ofrece la región. Por ejemplo, tome el Camino de la Resistencia en Sainte-Féréole o la ruta al borde de Quercy en Chauffour-sur-Vell. En bicicleta, pedalee por las vías verdes, los circuitos o llénese de adrenalina en los bike parks, espacios y centros de BTT. Pero también puede probar nuevas experiencias como el golf, el vuelo sin motor o el esquí acuático en el lago de Vassivière... Y, para terminar sus días con estilo, regálese una buena comida con las especialidades locales: paté de patata, farcidure, galetou, mazapán, clafoutis...