Para usted, las vacaciones son una inteligente mezcla de sol, arena fina y mar turquesa? ¿Qué tal si empacas tus maletas en Icod de los Vinos, un balneario muy atractivo en el noroeste de Tenerife, en las Islas Canarias?
Destino idílico conocido por su entorno ideal para vivir, este pequeño pueblo es sobre todo conocido por su vino y su Dragonnier des Canaries, un árbol gigante de 800 años en forma de sombrilla que encontrará cuando visite el Parque del Drago. Paraíso del senderismo por la gran variedad de sus paisajes, el municipio cuenta con numerosos espacios naturales protegidos que le encantarán descubrir: desde los Acantilados de La Culata hasta el Parque Nacional del Teide y el Parque Natural del Bosque de la Corona, tendrá muchas opciones para intentar contemplar todo el esplendor de esta zona verde. Desde las soleadas laderas del Teide (el punto más alto de España) hasta las rutas que conducen a la Cueva del Viento, podrás descubrir todas las caras de Icod de los Vinos.
Además de sus tesoros naturales, el centro de la ciudad revela un pueblo encantador y una iglesia que vale la pena visitar: construida en estilo colonial en la primera mitad del siglo XVI, la iglesia De San Marcos se distingue por la blancura de sus paredes y sus altas palmeras. Le recomendamos que empuje su puerta para descubrir uno de los símbolos de la ciudad, una cruz de plata mexicana de más de 2 metros de altura. El centro histórico de Icod de los Vinos es fácil de visitar a pie, con sus calles salpicadas de ermitas y casas bien conservadas. Desde la Plaza de América hasta la Plaza de Luis León Herta, pasando por la Calle del Buen Suceso, la capilla de los Dolores del siglo XVII, la Plaza de la Constitución (conocida por su fuente), la espléndida Casa de los Cáceres (siglo XVIII) y el antiguo convento de San Francisco (hoy biblioteca municipal), se puede admirar toda la riqueza arquitectónica de la ciudad.
Típicamente español, el municipio ha sabido conservar toda la fuerza de sus tradiciones a lo largo de los años. Como su nombre indica, Icod de los "Vinos" es una ciudad vinícola. Por eso se celebra aquí el vino nuevo: aquí, como en otros pueblos de Tenerife, esta bebida se celebra con cantos, bailes, música tradicional y degustaciones. También se puede observar el muy popular descenso de la calle Del Plano: desde sus alturas, los jóvenes se sientan en una tabla de madera engrasada y se divierten corriendo por la calle hasta los gritos de los habitantes y turistas.
Además de la visita, merece la pena visitar Icod de los Vinos: castañas, gofio, boniatos, vino, carnes a la brasa, patatas con salsa mojo, pescado, quesos artesanales, sopas de berros y otras tapas se servirán sin demora!
Finalmente, ¿cómo mencionar Icod de los Vinos sin mencionar sus paradisíacas playas? Si hay algo que no hay que perderse, es sin duda la maravillosa playa de San Marcos: conocida por su arena volcánica negra, esta playa familiar tiene todos los activos para los momentos de ocio bajo el sol de la isla. En forma de concha, le protege de las fuertes olas y le permitirá disfrutar de hermosas sesiones de natación con total seguridad en unas aguas absolutamente magníficas de color turquesa.