Mallorca, la isla más grande del archipiélago balear, es un verdadero remanso de paz, luz y armonía. Agradable en todas las estaciones gracias a su clima mediterráneo, invita a descubrir su diversidad natural, sus joyas arquitectónicas y la hospitalidad de sus habitantes.
Un auténtico paraíso terrestre situado en el corazón de Europa, Mallorca seduce ante todo por la belleza de sus costas. Con sus 550 kilómetros de costa, alberga un sinfín de calas y playas de arena fina que se encuentran entre las más bellas del Mediterráneo. Descubra por ejemplo la playa de Sa Calobra en el norte de la isla, las de la bahía de Pollença o las de la bahía de Alcúdia con sus calas bordeadas de pinos. Bañados en aguas claras y cristalinas, son perfectos para nadar o bucear. Muchos centros náuticos también te permitirán practicar vela, windsurfing, surfing.....
Ocupada por los cartagineses, romanos, almorávides y finalmente españoles, Mallorca posee un rico patrimonio histórico. La capital, Palma, se distingue por la diversidad arquitectónica de sus monumentos. En particular, se puede admirar el Palacio de la Almudaina, un antiguo castillo musulmán construido entre los siglos XI y XIII, y, justo enfrente, la magnífica catedral gótica construida a partir del siglo XIV. No te pierdas La Llotja, la Iglesia de San Francisco, el Castillo de Bellver y el Museo de Mallorca. Pero muchas otras ciudades y pueblos merecen su atención, como Valldemossa, Manacor, Inca, Llucmajor, Felanitx, Alcúdia o Pollença.
La exuberancia y la belleza de la naturaleza de la isla seguramente le animará a explorar los senderos que la atraviesan. Al norte de Mallorca, la Sierra de Tramuntana alberga un magnífico sendero de senderismo de largo recorrido, el Camino de Piedra en Seco, que le permitirá disfrutar de este macizo montañoso, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, cuya cima, el Puig Major, alcanza los 1.445 metros de altura. Pero también descubra el fabuloso parque nacional del archipiélago de Cabrera caminando por las rutas de senderismo que le llevarán al castillo, al faro o a la cueva de la Cova Blanca. Por la tarde, aproveche el clima suave para disfrutar, en una terraza frente al mar, de las múltiples especialidades locales: sopas mallorquinas, tumbet, patatas fritas mallorquinas, escaldums, sobrasada, calderata, croquetas de jonquillo, ensaimada, rubiols...