Desde suntuosos paisajes costeros hasta panoramas montañosos y tranquilos, la República de Chipre ofrece a los turistas un completo cambio de escenario, bajo un sol radiante durante todo el año.
Destino costero por excelencia, Chipre ha sabido mantener su encanto de antaño, lejos de las islas donde reina el turismo de masas. Mar turquesa, sol, arena fina y clima mediterráneo: todos estos ingredientes hacen de esta isla un destino vacacional ideal.
Su capital, Nicosia, tiene la particularidad de estar dividida en dos por una frontera: la parte norte de la ciudad y la isla están bajo dominio turco, mientras que la parte sur constituye la República de Chipre. Como la mayoría de las ciudades mediterráneas, el clima es cálido y seco, y las temperaturas pueden alcanzar rápidamente los 40°C en verano. Aquí, los naranjos, las palmeras y los olivos son parte del encanto de esta ciudad en auge. Tómese su tiempo para pasear por sus hermosas calles, donde verá hermosas fortificaciones venecianas, pero también residencias romanas e iglesias bizantinas: gracias a su historia rica en muchas influencias extranjeras, Nicosia tiene un patrimonio arquitectónico muy variado. Nicosia, una vibrante capital cultural, alberga una multitud de museos y galerías que los amantes de la pintura y la escultura apreciarán. Venga a cenar a uno de los restaurantes de la ciudad para descubrir la cocina chipriota, gourmet y sabrosa. Pruebe el "mezze": ¡estos aperitivos apetitosos servidos como entrante con verduras son una delicia! Así, halloumi, humus, loubi o tahini y tzatziki estarán en el menú. También se pueden degustar platos a base de albóndigas, berenjenas, cordero o pescado a la parrilla.
Un paraíso para los entusiastas del deporte, Chipre tiene varias penínsulas expuestas al viento donde se pueden practicar diferentes deportes acuáticos como el surf o el windsurf. El lecho marino de la isla también es excepcional, por lo que muchos balnearios ofrecen excursiones submarinas para los turistas, durante las cuales pueden descubrir la belleza de la costa chipriota. Los excursionistas experimentados y los aficionados a la bicicleta de montaña pueden descubrir la isla a través de senderos señalizados, a través de las montañas del macizo de Troodos: aquí, los escaladores pueden incluso intentar escalar el famoso Monte Olimpo, que culmina a una altitud de 1952 metros. Esta montaña hará las delicias de los aficionados a los deportes de invierno, que también encontrarán una pequeña estación de esquí (estación de esquí Mount Olympus).
En el lado del mar, Chipre está lleno de hermosos balnearios. Al noroeste, Argaka y sus magníficos tramos de arena bordeados por un verde bosque de pinos seducirán a los turistas en busca de tranquilidad. Un poco más lejos, los amantes de los deportes acuáticos irán a Polis Latchi, famoso por su puerto y sus restaurantes frente al mar.
Al oeste, Pegeia tiene uno de los balnearios más hermosos de la isla: Coral Bay. Acuéstese bajo una de las sombrillas y disfrute de unos momentos de ocio bajo el sol. Con 400 metros de largo y bordeada de palmeras, esta playa se enfrenta a un agua turquesa y cristalina, perfecta para el buceo.
Más al sur está Kouklia: desde su playa se puede ver la roca "Petra Tou Romiou": apreciada por los turistas, la leyenda cuenta que es el lugar donde la diosa Afrodita amaba nadar.
A medio camino entre Pegeia y Kouklia, se encuentra la ciudad de Paphos: una ciudad con dos caras, se dice que es el lugar de nacimiento de la diosa Afrodita. Data del siglo IV a.C., esta antigua ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está llena de restos, algunos de los cuales aún están enterrados. Admire los coloridos mosaicos de sus villas romanas, su casa de Dioniso o sus restos de la Edad Media y de la Prehistoria.
Por último, en el sudeste de Chipre, Paralimni es una de las ciudades más bellas de la costa. Frente a un mar cristalino, cientos de molinos de viento salpican el paisaje. Agradable y poco turística, su playa de arena dorada es una verdadera invitación al descanso.